Cocculus. Sabor metálico, cobrizo. Sabor acre, agrio después de comer o al toser. Sabor agrio en el pan. Deseo de cerveza fría. Sed al comer. Gran aversión a toda comida y bebida. Aversión a todo lo agrio. Bulimia. Eructos y dolor en el estómago. Eructos con inclinación a vomitar. Eructos vacíos, ofensivos o pútridos.
Ataques de náuseas que provocan desmayos. Inclinación a vomitar al levantarse de la cama. Inclinación a vomitar durante las comidas o después del escalofrío. Dolor espasmódico violento inmediatamente después de comer. Opresión ansiosa y espasmos en el estómago, con dificultad para respirar.
China. Pérdida completa del apetito. La sensación de saciedad proviene de una pequeña cantidad de comida. Eructar trae un alivio temporal. Hambre de lobo por la noche. Hambre después de comer, con sensación de vacío en el estómago. Diarrea después de la fruta. Dispepsia después de la pérdida de líquidos.
Náuseas al estar sentado. El estómago es tan débil que no puede tolerar ningún alimento en absoluto. Aumento de la acidez del estómago. La digestión es lenta. Sensación de hinchazón en el abdomen, con ganas de eructar el aire sobrante.
Alumina. Cambios en el apetito: a veces es muy fuerte, a veces es casi inexistente. La comida parece insípida por las noches. Aversión a los productos animales. Sensación de hambre sin apetito. Sabor dulce o sabor a sangre en la boca. Sensación: Gusto amargo, insípido en la boca. Bulimia.
Deseo de comer alimentos secos; tiza: trapos blancos; carbón; café molido o arroz seco. Deseo de bebidas calientes. Deseo de verduras, frutas. Después de comer, por la noche, hay hipo, presión en el estómago, aversión a la comida, náuseas y letargo. Náuseas y eructos agrios por papas. Cualquier comida picante inmediatamente provoca tos.